La “toilette” del trabajo es un lugar maravilloso para meditar.

Mira, la verdad es que hoy  tengo poco tiempo, así que te voy a contar varias ideas sobre meditación.

 

La primera, va sobre nuestra necesidad de hacer las cosas bien hechas.

 

Al meditar, lo que hacemos es poner toda nuestra atención en hacerlo correctamente, cuando lo que tendríamos hacer es “hacer como si no hiciéramos nada”.

 

Lo que quiero decir con esto es que no tenemos que poner esfuerzo, como cuando respiramos porque ¿verdad que no requiere ningún esfuerzo?

 

Entonces, lo que tenemos que hacer es no poner ningún esfuerzo en atender a lo que ocurre en nuestro interior y dejar que todo fluya hacia la respiración, el mantra, la disolución de los pensamientos … o lo que sea que usamos como objeto de atención. 

 

Agarrarnos a ello y, cuando nos demos cuenta de que nos hemos ido hacia otro lugar, volver a poner la atención allí.

 

Nada más que esto.

Solo esto.

 

La segunda está relacionada con la postura.

 

La posición de nuestro cuerpo cuando meditamos es importante, pero no determinante. 

 

No es verdad que, como dicen algunos, que para meditar correctamente lo tenemos que hacer como los yoguis hindús, en el suelo con las piernas cruzadas.

 

No es para nada cierto.

 

Porque si fuera así, ¿no sería injusto para las personas que no lo pueden hacer? 

 

Porque si fuera así, ¿sólo podrían meditar las personas flexibles? 

 

Por ejemplo, sería injusto para mi, que aguanto como mucho unos 20 minutos y que a partir de este tiempo se convierte una tortura, porque estoy pendiente de las molestias y dolores en mi cuerpo.

 

Así que, para nada.

Esto no funciona así.

 

Para los que no podemos hacerlo sentados en el suelo, lo podemos hacer cómodamente en una silla. 

 

Eso sí, tenemos que intentar que sea una posición cómoda, pero no demasiado, porque esto nos llevaría al sueño. Y lo que queremos es estar atentos, no ir al descanso, para esto ya está la cama 😉

 

Y, la tercera cosa que te quería comentar está relacionada con tu día a día.

 

Normalmente reservamos un espacio de tiempo cada día para meditar, pero a veces no lo encontramos o tenemos una vida tan atareada que llegamos a la noche y nos decimos el mantra “hoy no he tenido tiempo para meditar” y esto nos lleva a la frustración.

 

Cuando te ocurra esto, te propongo una idea.

 

Una es que dediques aunque sean 5 minutos al día a meditar, sin excusas. Cinco minutos los tenemos todos, no me puedes decir que no.

 

Así que la propuesta es buscar un lugar lo más tranquilo posible, en el trabajo te podrías encerrar en el baño por ejemplo, nadie te va a extrañar por cinco minutos de ausencia.

 

Luego, apagar el móvil o ponerlo en silencio o modo avión y  aprovechar este momento para estar contigo mismo.

 

Y cuando lo consigas  te animas diciéndote: !Bien, hoy ya he meditado!.

 

Ah, ahora me viene otra idea, una más.

Lo que tenía que ser un mail corto porque tengo prisa…

 

Atento, que esta es buena.

 

Es interesante que nuestro lugar para meditar sea fijo, en el que puedas descansar la mente y entrar en tu interior y que se convierta en un regalo para ti.

 

Pero también es interesante salir de este lugar y meditar en otros sitios, porque te sorprenderás al ver que la meditación es diferente.

 

Hacer las cosas siempre en el mismo sitio tiene sus ventajas para convertir un hábito en una habilidad

 

Pero salir de tu zona de confort es interesante porque te permite que ocurran cosas diferentes, relaja tus expectativas y lo convierte en una nueva experiencia.

 

Así que atrévete a poner todo esto en práctica y me cuentas cómo te ha ido. 

 

Bueno, lo dejo aquí que me esperan

Hasta otro momento 😉

 

Dani

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio